Schopenhauer en el televisor

 El detective de verdad prefiere dejar escapar la vida, con sus certezas perfecta y aburridamente expuestas -matrimonio en falso, alcohol en la nevera...-, antes que un buen caso, repleto de preguntas tan interesantes como difíciles de contestar. Semejante actitud no hace sino confirmar que siempre primará la historia más interesante, sea la propia o la ajena. El público, que mira una pantalla cómodamente sentado, puede dar fe.
Hay más. El escritor, que cuenta la historia del detective, renuncia a focalizar sus líneas en los asesinatos y en las violaciones -rastros de sangre, armas ocultas...-, ya que la presión de la metafísica supera la del cuchillo. Así, el crimen queda en un segundo plano. True Detective gravita en torno a la filosofía, todo un giro copernicano para la ficción televisiva de género policiaco. "Y con ese punto de partida ha podido llegar a una audiencia muy grande. Eso, unido a su calidad y a Matthew McConaughey en el papel de Rust Cohle, la convierten en la serie de 2014", afirma Rubén Hernández, editor de Errata Naturae, que ha publicado un volumen que vincula True Detective con un abanico de influencias que van del pensador Arthur Schopenhauer al escritor Thomas Ligotti. "Invertir tanta cantidad de dinero en una serie que va a hablar de Nietzsche y de Lovecraft es, sin duda, valiente", añade.