En el post de ayer destacábamos cómo multitud de recursos audiovisuales, entre ellos alguna película de animación (Antz), esconden en su guión un marcado acento marxista. Obviamente, no es el único ejemplo que podemos citar en la historia del cine. Hoy, completamos la saga de Marx (1818-1883) rindiendo un homenaje a uno de los grandes clásicos del celuloide: Charles Chaplin.
La película Tiempos modernos (1936) expresa mediante un lenguaje cinematográfico una crítica similar a la que Marx desarrolló en muchos de sus textos. Así, el pensador alemán, describió la sociedad como una permanente lucha de clases enfrentadas, donde el individuo se sentía alienado como consecuencia directa de un trabajo con máquinas que lo deshumanizaban:
La película Tiempos modernos (1936) expresa mediante un lenguaje cinematográfico una crítica similar a la que Marx desarrolló en muchos de sus textos. Así, el pensador alemán, describió la sociedad como una permanente lucha de clases enfrentadas, donde el individuo se sentía alienado como consecuencia directa de un trabajo con máquinas que lo deshumanizaban:
"En la artesanía y la manufactura, el trabajador emplea una herramienta; en la fábrica, la máquina utiliza al obrero. En el primer caso, los movimientos de los instrumentos de trabajo provienen de él; en el segundo, ha de seguir el movimiento de las máquinas. En la manufactura, los trabajadores son una parte de un mecanismo vivo; en la fábrica, hay un mecanismo inerte, independiente del obrero, quien se convierte en un simple apéndice vivo".
(Marx, El capital)
Si el lenguaje de Marx resulta complejo, Chaplin expreso con maestría la misma idea en este inolvidable fragmento de Tiempos modernos:
Sin embargo, la influencia marxista en la trayectoria de Chaplin trasciende esta cinta memorable, y alcanza otras obras maestras del cineasta británico como, por ejemplo, El gran dictador:
A continuación transcribimos el discurso, marcando en rojo las posibles alusiones marxista. Cabe recordar que conceptos como "opresión", "alienación", "clase social" o "explotación" son términos típicos del filósofo:
"Lo siento. Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.