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sábado, 12 de julio de 2014

Tempus fugit: desde Virgilio al spot de Mercedes

El tiempo ha sido un asunto recurrente en la historia del pensamiento. Virgilio, por ejemplo, legó a la posteridad un popular adagio latino: "Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus". Su traducción literal es la siguiente: "Pero huye entre tanto, huye irreparablemente el tiempo". El hombre moderno resumió dicha sentencia en una especie de slogan publicitario "Tempus fugit" y lo acompañó de una sabia lección moral escrita por Horacio que siglos después fue rescatada para el cine por el profesor Kipling dentro de El club de los poetas muertos:
 Carpe diem, quam minimum credula postero
"aprovecha el día, no confíes en el mañana"



No obstante, el autor clásico más célebre a la hora de reflexionar sobre la dimensión temporal es Agustín de Hipona:

“¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si
quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo
sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado;
y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no
habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro,
¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no
es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a
ser pretérito, ya no sería tiempo, sino eternidad. Si, pues, el presente,
para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo
deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de
ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el
tiempo sino en cuanto tiende a no ser?”
Agustín de Hipona. Cfr. Confesiones. Xl, 14, 17.-
La publicidad actual también se ha planteado magistralmente la pregunta sobre el tiempo. Un conocido anuncio de +Mercedes-Benz nos ofrece "el ejemplo perfecto":


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